La reciente decisión de reducir las frecuencias del transporte público en San Miguel de Tucumán, a partir del miércoles, generó una ola de críticas entre los usuarios. Las líneas municipales, que actualmente ofrecen un servicio ya limitado, operarán a partir de ese día con la misma frecuencia que los domingos. Este cambio, claramente, generó una serie de reacciones entre los pasajeros y comerciantes de la ciudad.

Opiniones

Rosario, una usuaria del transporte, expresó su descontento: "Es muy malo. Los domingos ya tenemos que esperar mucho tiempo. Imagínese con esta nueva frecuencia, la espera será aún más larga. Los empresarios dicen que están al borde de la quiebra, pero no entiendo cómo no pueden mejorar el servicio si están ganando dinero", le dijo a LA GACETA.

Por otro lado, Susana, quien también usa el transporte con regularidad, no dudó en calificar a los empresarios de "ladrones". "Los colectivos están en pésimo estado, con asientos rotos y en condiciones deplorables. Los empresarios deberían renunciar si no pueden ofrecer un buen servicio. Me cobran caro por un servicio que no vale nada".

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Elsa, una comerciante local, destacó el impacto en su día a día: "Es una vergüenza. Los colectivos siempre llegan tarde, y ahora con esta nueva frecuencia, la situación solo empeorará. Los subsidios que reciben no se ven reflejados en mejoras. La gente está cansada de esperar bajo el sol y la lluvia".

Preocupaciones

Gisel, una madre que utiliza el colectivo para llevar a su hijo a la escuela, comentó: "No sabía que iban a reducir las frecuencias. Esto significa que mi hijo llegará tarde a la escuela, y nosotros tendremos que adaptar nuestras rutinas para poder manejar esta situación".

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Adriana, otra usuaria habitual, afirmó que ya estaba acostumbrada a las demoras, pero teme que la situación se agrave con la nueva frecuencia: "Es una barbaridad tener que esperar más tiempo. Ya de por sí es complicado, y ahora será aún peor".